Primer soporte de escritura. Los más antiguos datan del siglo XII a.C., en Anatolia (Asia Menor).
Las hay de diversos materiales: arcilla, bronce, madera, plomo, cera. La escritura en este tipo de soporte se realizaba grabando la información con una punta que generaba un bajorelieve.
El primer atisbo de libro se considera un conjunto de estas tablillas unidas por argollas de metal o cintas de tela.